La sacerdotisa dedicada al devocional de la Diosa es una mujer envuelta en misterio y sabiduría ancestral, irradia una presencia que trasciende el tiempo y el espacio.
Su conexión con la naturaleza y los ciclos de la vida le otorgan una serenidad profunda y una fuerza interior inquebrantable.
Bajo la luz plateada de la luna, la sacerdotisa se sumerge en lo más profundo de su ser, escuchando el susurro de los árboles y el canto de los pájaros nocturnos. Sus manos, ungidas con aceites esenciales y hierbas sagradas, sanan no solo el cuerpo, sino también el alma de aquellos que buscan su guía.
Con sus ojos enigmáticos y su sonrisa compasiva, la sacerdotisa despierta en otros la chispa divina que yace dormida en su interior.
Su presencia es un recordatorio de la conexión sagrada que todos compartimos con el universo, invitándonos a honrar la tierra, respetar a todas las criaturas y celebrar la magia que nos rodea.
En la quietud de la naturaleza, la sacerdotisa encuentra su poder y su propósito. Como guardiana de antiguos secretos y portadora de la llama eterna, ella nos enseña a escuchar la voz de nuestra intuición, a honrar nuestras raíces y a caminar en armonía con el ritmo de la vida.
Recuerda que anclar el arquetipo de la sacerdotisa es reconectar con lo divino que habita en ti, a abrazar tu propia magia interior y a recordar que eres parte de un todo infinito y sagrado. ....
Mercedes Cora